Los dos primeros santos venezolanos serán canonizados en una ceremonia en la basílica de San Pedro oficiada por el papa León XIV
Fuente: El Universal
El papa León XIV anunció este viernes que los beatos y dos primeros santos venezolanos José Gregorio Hernández y María del Carmen Rendiles Martínez serán oficialmente canonizados el próximo 19 de octubre de 2025, junto a otros seis beatos de distintas partes del mundo.
La decisión fue tomada durante un Consistorio Ordinario Público celebrado esta mañana en el Vaticano.
En un comunicado de la Santa Sede, la ceremonia incluyó la aprobación de la canonización de un grupo de figuras destacadas por su santidad y entrega a la fe católica.
La lista de nuevos santos incluye también a Ignazio Choukrallah Maloyan, arzobispo armenio católico y mártir durante el genocidio armenio; Peter To Rot, laico catequista de Papúa Nueva Guinea asesinado por su fe; Vincenza Maria Poloni, religiosa italiana y fundadora de una congregación dedicada a la misericordia; María Troncatti, misionera salesiana que dedicó su vida a los pueblos indígenas del Ecuador; Pier Giorgio Frassati, joven laico italiano del Tercer Orden Dominico, y Bartolo Longo, promotor del rezo del Rosario y fundador del santuario mariano de Pompeya.
Durante el consistorio, el papa decretó que la canonización de Pier Giorgio Frassati se celebrará el 7 de septiembre de 2025, junto con la de Carlo Acutis, cuya santidad fue aprobada en una sesión previa
Para Venezuela, este será un hito histórico, pues será la primera vez que dos de sus beatos sean canonizados.
José Gregorio Hernández, venerado como el “Médico de los pobres” y símbolo de la unión entre la ciencia y la fe en Venezuela, y la madre Carmen Rendiles, fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús y ejemplo de entrega religiosa, serán oficialmente reconocidos como santos.
Esta decisión representa la culminación de una larga espera para millones de fieles que, durante décadas, han promovido con devoción sus causas y mantenido viva su memoria en el corazón de la Iglesia.
José Gregorio Hernández nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo. Fue médico, científico, docente y humanista. Estudió medicina en la Universidad Central de Venezuela y amplió su formación en París, Berlín y Nueva York.
A su regreso al país, no solo ejerció como profesor universitario y promotor del conocimiento científico, sino que dedicó su vida profesional a atender gratuitamente a los más necesitados. Por ello, fue conocido como el “Médico de los pobres”, una figura de compasión, ética y profundo compromiso cristiano.
Aunque intentó ingresar en dos ocasiones a la vida monástica, primero como cartujo en Italia y luego como benedictino en Venezuela, las circunstancias de salud lo obligaron a regresar a la vida laical.
Sin embargo, su vida fue profundamente espiritual y austera. Murió trágicamente el 29 de junio de 1919, al ser atropellado en Caracas cuando iba a comprar medicinas para una paciente enferma. Su muerte causó un profundo impacto y desde entonces su figura ha sido objeto de devoción popular. Fue beatificado en 2021 por el papa Francisco, tras la aprobación de un milagro atribuido a su intercesión.
Por su parte, María del Carmen Rendiles Martínez nació en Caracas el 11 de agosto de 1903. Desde joven sintió un llamado vocacional profundo, a pesar de haber nacido sin el brazo izquierdo, una condición que nunca fue obstáculo para su servicio ni su liderazgo espiritual. Ingresó a la vida religiosa en Francia, en la Congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, y años más tarde regresó a Venezuela, donde fundó la rama venezolana de esa comunidad, conocida desde entonces como Congregación de las Siervas de Jesús, dedicada a la educación, la catequesis y la asistencia social.
La madre Carmen fue superiora general de la congregación por más de tres décadas. Su vida se distinguió por la humildad, la obediencia y un amor profundo a la Eucaristía. Murió en Caracas el 9 de mayo de 1977, y su causa de beatificación avanzó con rapidez gracias al testimonio de santidad que dejó entre sus hermanas religiosas, alumnos y comunidades.
Fue beatificada en 2018, luego de que se reconociera un milagro ocurrido por su intercesión.